Mi alma se desgarra lentamente siento que desfallezco del dolor,
las lagrimas dejan zanjas en mi rostro hasta hacerlo sangrar,
mi boca siente la amargura de la pena,
mi corazón se despedaza como nunca antes,
este dolor me vuelve loca.
El letargo del dolor es cada vez mas duro,
quisiera despertar de esta tormenta que me corroe el alma,
los alaridos rompen mis tímpanos,
lo único que me queda es mi fe, la cual sigue tan fiel y firme.
Papí te amo, no te vayas nunca, fuerza, estoy contigo.-
Yo presentí de cuando escuche al doctor, se me vino una sola imagen y
mi llanto de cuando era niña, fue la primera ves que sentí la pena
por alguien que amo ¡Papito, Papito…! Es lo que recuerdo…